Carlos II, que había muerto sin descendencia, nombró sucesor a Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV de Francia y bisnieto de Felipe IV, quien fue coronado con el título de Felipe V
Felipe de Borbón como rey de España. España perdió sus posiciones europeas. Cedió la isla de Menorca y el Peñón de Gibraltar a Inglaterra. Solo Menorca se recuperaría años más tarde
la batalla de Almansa, las tropas de Felipe vencen a las del archiduque Carlos. La batalla no fue decisiva para el fin del conflicto internacional, pero sí abrió las puertas hacia el Reino de Valencia